Cuidados Para El Cachorro

04.03.2013 16:39

Sus Primeros Pasos 

Los primeros días son muy importantes para el desarrollo tu cachorro ya que le marcarán para siempre. Por lo tanto, asegúrate de dale todo tu cariño y cuidado. 

Por lo regular los primeros dias puede llegar a experimentar un sentimiento de nostalgia, debido a la separación de su madre, tendras que mimarlo y consentirlo en caso de que se produzca llanto. Acostumbra a no dejarlo subir a mueblos ó camas ya que es una mala costumbre que posteriormente te será difícil quitarle.

Su Espacio 

Todo cachorro necesita un lugar agradable para dormir ó tomar su siesta. Una cesta ó una cama pueden ser ideales, en un lugar caliente y sin corrientes de aire, con algunas mantas para que mantenga el calor y que se puedan lavar para una mejor higuiene. Respeta su privacidad y su espacio. No te acerques a él y lo cargues todo el tiempo, déjalo que venga por sí mismo. No dejes que niños lo molesten bruscamente ó se burlen de él y, sobre todo, nunca le envíes a su espacio cuando se haya portado mal, porque de esta forma asociará ese lugar con un mal comportamiento y un posterior castigo.

Elementos Para Tu Cachorro

  • Un recipiente de agua y otro de comida.
  • Un alimento nutritivo y específico para su etapa vital.
  • Una cesta ó cama.
  • Cepillo y peine.
  • Collar y correa.
  • Champú, cepillo y pasta de dientes para perros.
  • Juguetes seguros y de calidad para masticar. 

Adiestramiento

Tu cachorro debe comienzar su adiestramiento desde el principio. Establece una rutina regular de alimentación y sácalo de paseo con frecuencia, para que haga sus necesidades, especialmente cuando se despierte. Si le ves caminar en círculos ó gimiendo cerca de la puerta, son signos de que necesita salir a hacer sus necesidades.

Cuando haya terminado, asegúrate de limpiar. Desde luego, pueden producirse accidentes, pero cuando suceda no le grites, ni tampoco le pegues ó le frotes el hocico en sus excrementos. Es demasiado joven para relacionar el castigo y los excrementos y, simplemente, sentirá miedo y confusión. Cuando termine, sácalo fuera rápidamente y felicítalo.

Cuidados (baño y cepillado)

El cepillado regular es esencial para los perros jóvenes, ya que no sólo elimina el pelo muerto, la suciedad y los parásitos, sino que también estimula el aporte de sangre hacia la piel, con un pelaje de aspecto más sano y brillante. Haz que el cepillado se convierta en una experiencia agradable y aprenderá rápidamente a quedarse quieto o sentarse sin hacer ruido, algo que también ayudará cuando visites al veterinario. Usa un equipo especial para el cepillado del perro, no tu viejo cepillo sin púas. En tu tienda de animales te podrán aconsejar sobre el que mejor le convenga a tu perro, según su raza.

 

En cuanto al baño, hazlo sólo cuando lo necesite. Demasiados lavados pueden eliminar los aceites esenciales de la piel, ocacionando un pelaje opaco y una piel menos impermeable al agua. Para bañarlo, usa la bañera ó la pila, algo de agua templada y un champú de calidad. Frota su cuero cabelludo a medida que viertes el agua sobre él. Echa suavemente el champú y enjuaguelo. A continuación, lávale la cabeza, procurando que no le entre agua en los ojos y oídos. Enjuaguelo bien y sequelo con una toalla. Cuando haga buen tiempo, puedes dejarle fuera para que se seque por sí solo; de lo contrario, seca el pelaje en un sitio cálido. Asegúrate siempre de que tu perro quede completamente seco.

Sus Dientes

Para ayudar a que salgan todos los dientes y deje de morder los muebles, tu cachorro necesitará algún objeto indestructible como puede ser un hueso de goma ó una pelota para masticar. Asegúrate de que estos productos tienen el tamaño adecuado para que no los pueda tragar. Evita los huesos de verdad, ya que pueden astillarse y asfixiarle. Juega con tu perro y su mordedor: dáselo en cuanto comience a morder un objeto 'prohibido' diciéndole firmemente 'No'. Acuérdate de felicitarle cuando mastique su propio juguete.

Para controlar el sarro y la placa dental, es aconsejable nutrirlo con un alimento seco, ya que le ayudará a aflojar los dientes de leche y acelerar así el proceso de dentición. Si la boca de tu cachorro es muy sensible, ablanda la comida sumergiéndola primero en agua. Es importante que este alimento seco sea completo y equilibrado, que no necesite suplementos extra y que no lleve ningún potenciador del sabor.

No hay que olvidar que el alimento seco puede parecer, a primera vista, más caro. Cuando calcules el costo por día, verás que, en realidad, es muy económico. Si tu perro muestra una falta de apetito persistente durante la dentición, consulta con el veterinario antes de cambiar de alimento.

Controla Su Desarrollo

La correcta atención sanitaria se debe comenzar desde que es un cachorro, y continuarla durante toda la vida. Al igual que la dieta y el ejercicio, el cuidado del cachorro implicará controles y visitas periódicas al veterinario.

Los cachorros son susceptibles a cualquier enfermedad contagiosa, por lo que es aconsejable realizar una visita temprana a tu veterinario. Las primeras vacunas se administrarán ya a las 6-8 semanas de vida. Para una protección completa, deberás volver al veterinario para que éste le administre las inyecciones necesarias.

Acostumbra al perro a ser tratado y hazle tú mismo los controles periódicos. Comprueba sus ojos, orejas, boca, patas, uñas, piel y pelaje. No dudes en consultar a tu veterinario si observas alguna anomalia. 

Dieta y ejercicio

La dieta y el ejercicio son vitales para el bienestar de tu cachorro. Al ser muy juguetones y enérgicos, debes asegurarte de que realizan el ejercicio adecuado. La cantidad exacta de ejercicio variará, naturalmente, según la raza y es el veterinario ó el criador quién debe aconsejarte sobre el tema.

 

Cuidado De Su Salud

A menudo, puedes pensar que tu cachorro no se siente bien y una rápida visita al veterinario te ayudará a confirmar que algo no marcha correctamente. Deberás buscar los signos siguientes de una posible enfermedad:

  • Pérdida de apetito y rechazo del agua.
  • Pérdida ó aumento de peso súbitos; perdida de peso gradual prolongada.
  • Lentitud ó rechazo a jugar ó hacer ejercicio.
  • Orina demasiado frecuente ó escasa.
  • Heces con sangre o blandas, sin forma; diarrea.
  • Vómitos persistentes.
  • Salivación excesiva ó respiración irregular
  • Pelo sin brillo